"Una decena de autobuses viajan por el territorio serbio hacia Sid (ciudad situada en la frontera con Croacia). Los conductores han recibido la instrucción de no parar en el trayecto", informa el canal.
A partir del 15 de septiembre Hungría ha puesto en vigor nuevas leyes que endurecen el control en las fronteras, así como las sanciones por el cruce ilegal que se tipificará en adelante como delito y se castigará con penas de cárcel o deportación. También se recrudece el castigo para traficantes que ayudan a refugiados a cruzar la línea fronteriza.
Medio millón de refugiados han llegado a la Unión Europea en lo que va de año huyendo de la violencia en Oriente Medio y el norte de África en lo que se perfila ya como la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial.