Como el científico detalló, la construcción del primer reactor multipropósito de Brasil no debería tardar más de 4 ó 5 años y "servirá para avanzar enormemente en nuestros estudios, testar a un nivel más profundo nuevos materiales tecnológicos y desarrollar innumerables aplicaciones en diversos campos", entre los cuales Martins quiso incidir en la medicina nuclear, ya que "Brasil podría tener un enorme desarrollo en un tipo de medicina que en la actualidad atiende muy precariamente".
Además, el profesor argumentó que gracias a la transferencia tecnológica suministrada por Rusia, el país "consolidará su liderazgo en América Latina en cuanto a investigación y desarrollo de la energía nuclear por delante de otros países como Argentina" y añadió que "desde el punto de vista de la investigación la creación de un reactor multipropósito será un complemento ideal al sincrotrón que desarrolla el Laboratorio Nacional de Campinas".
Sin embargo, el entusiasmo del científico sobre la colaboración ruso-brasileña contrastó con sus expectativas para la financiación de un proyecto que requiere enormes sumas de dinero para su desarrollo: "Los beneficios de proyecto son indudables pero habrá que ver cómo se las ingenia el Gobierno para conseguir el dinero en un contexto de crisis económica como el actual, por eso creo que debemos pensar en la llegada de esa tecnología en el medio plazo", concluyó.