Todo esto, ha afirmado, "puede hacerse con la gestión adecuada, y con compasión".
Sus afirmaciones han sido inmediatamente criticadas por algunos de sus contrincantes, y uno de los más escépticos ha sido el actual gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, que tras recordar sus credenciales como fiscal general de Nueva Jersey entre 2002 y 2008, ha explicado que "expulsar a 50.000 personas al día, durante 2 años, es una labor que ninguno de nosotros podría acometer dadas las limitaciones presupuestarias actuales y el número de agentes de la ley de los que disponemos".
En su opinión, es también fundamental que las autoridades aeroportuarias y de fronteras tomen las huellas dactilares de todos las personas que viajan a EEUU, y crear una base de datos al alcance de las agencias relacionadas con la inmigración, de forma que "cuando supere los tres meses de estancia que les concede su visado como turistas, explicarles que tiene que abandonar el país".
El neurocirujano Ben Carson, que marcha segundo en intención de voto, ha puesto como ejemplo de gestión en los asuntos migratorios las políticas desempeñadas por el Condado de Yuma, en Arizona, celebre desde que en 2010 inaugurase una imponente sección del muro fronterizo, de más de más de 6 metros de altura y que se extiende durante cientos de kilómetros.
Jeb Bush, que ha declarado considerarse "insultado" por los comentarios vertidos por Donald Trump respecto a su esposa, Columba Bush, nacida mexicana, ha explicado que "su esposa ama este país como cualquier americano, y quiere reforzar la frontera, pero también abrazar los valores tradicionales americanos que nos hacen especiales y únicos".
Para Bush, se trata "de decidir si queremos seguir esa senda, según la cual si vienes a este país de forma legal y con un sueño puedes progresar y crear riqueza para todos nosotros, o si preferimos la vía de Donald Trump" y su discurso según el cual "todo es un desastre".