“No hace falta irse muy lejos para comprobar hasta que punto el golpismo está instaurado entre las élites de América Latina; la deposición de Fernando Lugo en Paraguay en 2012 es un claro ejemplo, pero los intentos de golpe en Ecuador, Bolivia y especialmente en la Venezuela de Nicolás Maduro son muy similares al acoso que está sufriendo la presidenta Rousseff en este momento”, aclaró la político brasileña.
En las últimas semanas la delicada situación económica que atraviesa Brasil ha sido deliberadamente aprovechada por los partidos de a oposición en el Congreso Nacional para iniciar una nueva campaña para conseguir el “impeachment” de la presidenta Dilma Rousseff.
Estos movimientos no democráticos liderados por el Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB) han sido condenados en varias ocasiones por la propia presidenta quien este mismo miércoles declaró que “utilizar la crisis como un mecanismo para llegar al poder es una versión moderna del golpe” y avisó que su gobierno estará “atento” para reaccionar ante cualquier aventura no democrática.
Mônica Valente explicó que “el golpismo de las élites que padece ahora Brasil ha sido una constante en América Latina, si bien antes se usaban las dictaduras militares ahora se usa la economía para crear el ambiente propicio para deslegitimar los gobiernos elegidos democráticamente”.
En opinión de Valente, el motivo principal que llevaría a las élites de estos países a actuar en contra de los gobiernos elegidos democráticamente se encuentra en el hecho de que “América Latina es la una de las pocas regiones del mundo que aplican políticas post-liberales de ahí las campañas para lograr cambiar los gobiernos o para desprestigiar a sus líderes como ocurre con el expresidente Lula”.
Por último, la miembro del PT avisó que “la base social del partido no tiene miedo a los chantajes de la élite y el capital y defenderán su compromiso con la presidenta Rousseff” y recordó que “por mucha atención que los medios de comunicación conservadores dediquen a la derecha golpista, el pueblo de Brasil y de América Latina no es golpista y sus amenazas jamás funcionarán”.
