"El Gobierno hablará de las condiciones de normalización de la nueva situación que puede incluir una mayor autonomía fiscal o control fiscal algo parecido a lo que tiene Navarra o el País Vasco, pero sin llamarlo de esa manera para que no sea un afrenta para el resto de las autonomías", opina el experto.
Para Belzunegui, habrá que esperar a las elecciones generales de diciembre y "ver cómo queda el panorama político español" para tratar el tema catalán.
Solo a partir de ahí podría "abrirse la posibilidad de negociación pero no sobre la independencia, al menos como concepto".
"Otra cosa es que surja en Madrid un Gobierno de la izquierdas" con los socialistas del PSOE y Podemos, cuando se podría "plantear una negociación para convocar un referéndum en un tiempo determinado, pero no una negociación para la independencia" de Cataluña.
"Las encuestas dicen que los independentistas lograrían entre un 45 ó 47 por ciento de los votos emitidos, sin contar la abstención" recuerda Belzunegui,
Esto significa que "el 56 por ciento de los votantes apoyarán candidaturas claramente opuestas a la Declaración Unilateral de Independencia (DUI)", aunque sean favorables a la secesión "porque hay electores de la formación que impulsa Podemos, Catalunya Sí que Es Pot (Cataluña Sí se Puede), que "podrían votar que sí a una independencia pero no a que se proclamase de forma unilateral".
Las encuestas revelan que "hay una mayoría social que dice que no quieren aventuras y que las cosas tienen que ser mas pactadas y tener otro ritmo".
Esta posición "va ser una baza importante para que cualquier Gobierno español, sea cual sea, se muestre reacio a negociar una independencia que tiene a la mitad de la población en contra".
Según el ex eurodiputado, una mayoría en las urnas forzará al Gobierno de Rajoy a negociar los términos de la independencia.
Romeva, que lidera la lista independentista del partido de Mas y de los republicanos de ERC, cree que Cataluña tendrá como bazas en esa posible negociación el peso de las urnas, los múltiples intereses que comparten España y Cataluña, la voluntad de Europa de "llegar a un acuerdo" y las estructuras de Estado que ya existen, algunas de ellas, como la Agencia Tributaria, suspendida esa semana por el Tribunal Constitucional.
"No tiene sentido imaginar una Cataluña cerrada y aislada del resto del Estado, o del resto de Europa", estimó Romeva.