"La desesperación y la rabia por la crisis y la condena de López aumentan la disposición a votar y coloca en segundo plano los problemas de liderazgo, que siempre los habrá", dijo a esta agencia el sociólogo Carlos Raúl Hernández.
Después de que Nicolás Maduro, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), triunfó en las elecciones presidenciales de abril de 2013, varias de las principales figuras de la oposición han chocado acerca de la estrategia y las tácticas para combatir al Gobierno.
"La prisión de López se puede convertir en un as bajo la manga de la oposición", dijo León, y el politólogo John Magdaleno coincidió en que "la sentencia puede revertir el desánimo que se esperaba en la oposición, si eso fue lo que buscó el Estado".
López fue condenado el 10 de este mes a casi 14 años de prisión por un tribunal que le halló culpable de instigar hechos de violencia en Caracas el 12 de febrero de 2014, a lo que siguieron meses de agitación callejera con saldo de 43 muertos y 800 heridos.
A la cabeza de su partido Voluntad Popular, adherido a la Internacional Socialista, López había lanzado una ofensiva política que llamó "La Salida", para reclamar la renuncia del presidente Maduro, cuyo mandato sexenal vence en 2019.
Acompañaron a López dos figuras con audiencia aunque con partidos minúsculos, la lideresa María Corina Machado y el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma.
Con ese trío que infructuosamente buscó "la salida" discreparon la mayor parte de los dirigentes opositores, encabezados por el excandidato presidencial Henrique Capriles, de la fuerza centrista Primero Justicia, con respaldo de los tradicionales aunque disminuidos partidos Acción Democrática (socialdemócrata) y Copei (democristiano).
Unidos buscan fuerza
Todos están en la coalición multicolor Mesa de Unidad Democrática (MUD), de 27 grupos que unas veces coinciden y otras discrepan acerca de si deben concentrarse en la cuestión electoral o más bien impulsar otras luchas para tratar de vencer al Gobierno.
La cuestión fue formalmente zanjada por Jesús Torrealba, un comunicador y activista social colocado el pasado enero como secretario ejecutivo de la MUD: "Unidad, calle y voto son las claves para construir la solución a la crisis", postula desde entonces.
Una vez que se desinfló "la salida" buscada en 2014, la oposición padeció este año la puja por conformar listas unitarias para la Asamblea Nacional (parlamento unicameral), pero finalmente consiguió presentar candidaturas únicas para los 167 escaños en juego.
También llevarán una tarjeta única de la MUD, con lo que se aplaza la medición interna de fuerzas, pues no podrá distinguirse cuál partido de la coalición recibe más votos.
Los dirigentes ponen sordina a sus diferencias para no enturbiar la posibilidad de triunfo, aunque se siguen midiendo: Datanálisis concluyó en julio que 41,5 por ciento de los encuestados quiere a López como abanderado de la oposición y 40,7 por ciento a Capriles.
"Salgamos con toda nuestra fuerza a votar y a defender la voluntad de cambio que de manera arrolladora los venezolanos vamos a expresar en las urnas", agregó.
Como contrapartida, los candidatos de la MUD sostienen como prioridad que la Asamblea que inicia labores en enero apruebe una ley de amnistía, que sacaría de la cárcel o facilitaría el regreso del exilio a decenas de políticos opositores.
El otro gran tema es la crisis económica, que en las encuestas hace caer al Gobierno y da alas a la oposición: hay escasez de alimentos, medicinas y otros bienes de consumo masivo, el bolívar se hunde frente al dólar y la inflación, que no tiene cifras oficiales desde 2014, podría superar 150 por ciento este año, según los economistas de mayor exposición pública.
¿Ganarán?
¿Ganará la oposición? La encuesta de Datanálisis en julio concluyó que por la oposición votarían 57 por ciento de electores frente a 26 por ciento por el oficialismo.
Mientras, la firma Hercon constató que la MUD corría con ventaja en agosto en los 10 estados más poblados del país.
Por su parte, la encuestadora IVAD, quizá la de mayor tradición, informó que en su estudio de agosto 57,9 por ciento de los encuestados dijeron que votarían por la oposición, 19,3 por ciento por el oficialismo y 22,8 por ciento se mostraron indecisos o no quisieron contestar.
Oscar Schémel, de la firma Hinterlaces, que combina sondeos generales con focus groups (estudios de opinión de un público determinado), dijo que "más que la oposición, si las elecciones fuesen ahora ganarían el descontento y la crítica al Gobierno por su manejo de la cuestión económica".
Hernández consideró que "el terreno está abonado para que la oposición obtenga una victoria para el conjunto y para los partidos que dentro de ella hagan su trabajo".
"Los politólogos hablamos en términos probabilísticos y no deterministas, pero es poco probable que el Gobierno pueda revertir brechas de más de 20 puntos. La primera probabilidad de triunfo la tiene la oposición, pero eso no significa que pueda cantar victoria y acostarse a dormir", advirtió Magdaleno.
Sin embargo, los dos principales líderes oficialistas, el presidente Maduro y el titular de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, afirman en sus discursos que para el PSUV y sus aliados se avecina "una clara victoria, histórica", y aseguran que "la derecha más nunca volverá a gobernar en Venezuela".