La agencia Reuters informó anteriormente que un policía murió y otro quedó herido a raíz de un ataque con uso de morteros en la provincia de Diyarbakir.
Otros dos policías murieron y cinco resultaros heridos en la provincia limítrofe de Sirnak, al explotar un auto al lado de un puesto policial.
Según los círculos militares del país, tras esos ataques está el ala militar del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), prohibido en Turquía.
En respuesta las fuerzas de seguridad del país llevaron a cabo una operación con participación de helicópteros en un área montañosa abatiendo a dos miembros del PKK.
La situación en Turquía se agravó considerablemente tras el atentado terrorista en Suruc del 20 de julio organizado por el Estado Islámico (EI) y los asesinatos de policías en las provincias surorientales turcas, cuya autoría fue reivindicada por el PKK.
Más de un centenar de policías, militares y civiles cayeron víctimas de los ataques kurdos en Turquía durante el último mes y medio.