"¿Cómo es posible que de la noche a la mañana montasen un Ejército? Yo mismo he visto las armas del EI y son todas de fabricación norteamericana o israelí", explicó Bakkour que llegó a Brasil hace ahora poco más de un año junto a su hermano mayor y se hospeda, desde hace dos meses, junto a otros ocho refugiados sirios en la Parroquia de São João Batista da Lagoa, en Río de Janeiro.
Tema: Atrocidades del Estado Islámico
Brasil se ha convertido en el país de América Latina con mayor número de refugiados sirios, un total de 2.077, desde que a finales de 2013 el Gobierno de la presidenta, Dilma Rousseff, crease una legislación especial a través del Comité Nacional para los Refugiados (Conare) para facilitar la concesión del asilo de ciudadanos sirios que huyen del horror de la guerra en su país.
En opinión de Bakkour, Estados Unidos e Israel serían los "grandes beneficiados" del conflicto sirio.
"La historia del EI y la guerra en mi país es el mismo modelo que emplearon en Afganistán e Irak con Al Qaeda, además a la inmensa mayoría de los sirios nos aterroriza mucho más el islam radical que nuestros militares", agregó.
Tema: Guerra en Siria
Con un más que correcto portugués, este joven que se prepara para poder continuar sus estudios de Economía en la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ), la cual ofrece matrícula gratuita a los refugiados, reconoció que si bien al principio opinaba que el Ejército sirio reprimía a sus paisanos "ahora son los propios militares los que están ayudando a la gente de Alepo que no consigue agua desde hace meses".
Por último, Bakkour cuyo padre estudió negocios en Rusia, quiso dejar claro el papel de los medios de comunicación occidentales en la imagen distorsionada que se tiene del conflicto sirio.
"La prensa de Occidente vendió una imagen interesada de la represión del Ejército sirio al principio del conflicto. Claro que se hicieron atrocidades, pero no el genocidio del que se hablaba en Europa o Estados Unidos", concluyó.