"El problema no hubiera existido de no haberse fomentado una guerra en Siria, de no haber sido invadido y destruido Irak, y de no haber sido destruido el Estado libio", indicó.
Según Martínez, la crisis migratoria tiene su origen "en los años sesenta, cuando los servicios secretos europeos, israelíes y norteamericanos" comenzaron su campaña para acabar "con las tendencias laicistas y progresistas" y el "llamado socialismo árabe" en Oriente Medio.
"Cuando todo esto por unas diferentes guerras se va al traste, surgen los islamismos más radicales", añadió.
A su vez, José María Gil, director del departamento de estudios de terrorismo del Instituto de Seguridad Global de España, afirmó en declaraciones a esta agencia que el respaldo occidental a "las primaveras árabes" favoreció el auge del "yihadismo como fenómeno internacional".
Y es que "las franquicias terroristas del terrorismo yihadista se apropiaron" de conflictos en países árabes como Siria donde "quienes se declararon rebeldes" oponiéndose al presidente Bashar Asad cuentan con el apoyo de Occidente, subrayó.
La oleada de refugiadas se debe también a la invasión de Irak, "guerra que fue absolutamente espuria y por intereses espurios", señaló Gil.
En cambio, cuando se ven ahora las barbaridades del Estado Islámico en Siria, los culpables de esta situación "no tienen ni el coraje, ni la valentía, ni la voluntad de poner pie en tierra y terminar con una guerra como esta", concluyó el experto.