"No vemos nada malo en los refugiados, pero culpamos a los políticos por inundar Alemania con tal cantidad de jóvenes musulmanes", dijo un manifestante en Berlín a la cadena de televisión RT.
Para este manifestante, "el Gobierno está asumiendo riesgos de una manera irresponsable, ya que nadie puede predecir cómo se comportarán en el futuro".
"Permiten que entre gente sin papeles, sin nada, que lleguen miles de ellos a este país, podrían ser asesinos, criminales", expresó otro manifestante de Múnich.
Un contramanifestante de la capital bávara opinó que "no es el momento de hacer este tipo de manifestaciones" y juzgó que los simpatizantes de Pegida actúan movidos por el miedo: "el mundo está empeorando y temen perder su bienestar".
La convocatoria de Pegida se produjo tras el anuncio de la canciller, Angela Merkel, del primer plan general de Alemania sobre inmigración.
Éste incluye la consignación de fondos para viviendas de invierno, la aceleración de los procedimientos para solicitar el asilo, el aumento del número de voluntarios que ayudan a los refugiados y la apertura de nuevas plazas de policía.
Solo el pasado fin de semana, unos 20.000 peticionarios de asilo entraron en Alemania, mientras que el país prevé acoger un total de 800.000 refugiados en 2015.