"Aunque (Bolivia) no tenga el mar, que lo ha perdido en la Guerra del Pacífico, la perdida del mar, ese dolor de la pérdida, es algo muy presente", agregó.
La obra –dirigida por el argentino Arístides Vargas–, narra la historia del penoso viaje que unos hermanos realizan para cumplir el último deseo de su madre: que sus hijos la lleven al mar –que nunca conoció– atada a la puerta de su casa, para que una vez allí sea dejada a merced de las olas.
El sentimiento patriótico que insufla el espíritu de los bolivianos cada 23 de marzo, cuando se recuerda la derrota en la guerra contra Chile; la postura de las clases medias, en las que de tiempo en tiempo aflora la pena del mar ausente, y las tradiciones culturales que los migrantes bolivianos llevan al norte de Chile, a pesar de las diferencias, se amalgaman en una obra intensa, de compleja construcción.
"Nosotros creímos que eran bolivianos (pero) luego nos dimos cuenta que eran chilenos; el mensaje les ha conmovido; mas allá del tema diplomático (y) el tema económico, está el sentimiento de un pueblo", continuó.
La obra, producida por Teatro Los Andes, la compañía de mayor prestigio internacional de Bolivia, será estrenada en Europa en octubre y noviembre, en una gira que incluye presentaciones en España y Alemania, finalizando en el Festival Quijote, en París.
"La manera en la que presentamos el tema del mar hace con que cada pueblo donde lo presentemos se siente a reflexionar sobre sus carencias, sobre lo que le falta", explicó el organizador general del Teatro Los Andes, Giampaollo Nalli.
El cineasta Juan Carlos Valdivia, autor de un corto sobre la pérdida de las Islas Malvinas, decidió nadar por varios lugares del mundo, y presentar la perspectiva de la pérdida de un boliviano que no tiene mar, pero que sabe de ausencias.
"Eso me llevo a pensar mucho sobre lo que los bolivianos imaginamos el mar", dijo Valdivia a Sputnik Nóvosti.
"La mayoría de nosotros ni siquiera sabemos nadar, porque una cosa es el mar de la política internacional, de la diplomacia, (pero) yo quiero ayudar a encontrar ese mar que tenemos dentro", añadió.
Usando el hashtag #MarParaBolivia el evento intenta enfrentar a la gente con el imaginario del mar individual.
"He organizado este evento abierto a quien quiera ser parte de él, sin ser artista", señaló Valdivia.
Además, la semana venidera la artista plástica Guiomar Mesa planea una reflexión paralela en una exposición que lleva al espectador de las montañas al mar, uniendo ambos paisajes, conceptos y formas de ver el mundo.
"El arte nos ayuda a hablar de ser humano a ser humano y yo creo que eso tiene mucho efecto", concluyó Guimarães. El teatro Los Andes lleva esta búsqueda del mar a reflexiones aun más profundas: "¿La restitución del mar perdido devolverá los muertos perdidos de esa guerra?". Una idea que cierra la obra confirmando que tras el mar, están los corazones de dos pueblos que empiezan a ser escuchados a partir del arte.