Colombia y Venezuela sostienen una dura confrontación política desde que la activa frontera entre Táchira (sudoeste venezolano) y Norte de Santander (noreste colombiano) fue cerrada por orden del presidente Nicolás Maduro, como respuesta a ataques de desconocidos sobre militares de su país y para combatir el contrabando.
Unos 1.300 colombianos que residían ilegalmente en la zona fueron deportados por las autoridades venezolanas y otros 10.000 regresaron a Colombia por sus propios medios, muchos de ellos cruzando a pie el fronterizo río Táchira y llevando a hombros unos pocos enseres.
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También camiones con mercaderías para Venezuela que aguardan en el lado colombiano serán autorizados a pasar en las próximas horas, según dijo el general Carlos Martínez, jefe militar y civil de la zona fronteriza colocada bajo estado de excepción.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reclamó un "corredor humanitario" para que los escolares pudieran cruzar la frontera como una de las condiciones para sentarse a dialogar sobre la crispada situación fronteriza con su par venezolano.
Mientras se flexibiliza el cierre fronterizo desde el Táchira, el Gobierno venezolano estudia llevar el cierre de la frontera a los tramos de la Guajira (noroeste) y a los llanos del sudoeste.