El primer ministro húngaro viajó este jueves hasta Bruselas para reunirse con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el presidente del Parlamento Europeo para tratar la crisis de refugiados que vive Europa y afecta en particular a su país.
Orbán recordó que la mayoría de refugiados tiene a Alemania como destino.
"Nuestro trabajo consiste únicamente en registrarlos", señaló.
El primer ministro húngaro defendió también las polémicas medidas fronterizas y de inmigración adoptadas por su Gobierno frente a la crisis.
"No queremos alimentar falsas esperanzas ni falsos sueños, nadie puede entrar en la frontera del espacio Schengen sin haber sido identificado", aseguró al agregar que cumplía con su función de informar a "la gente que las fronteras no pueden cruzarse fácilmente".
A su turno, Schulz afirmó que el Ejecutivo húngaro y la UE tienen "puntos de vista muy diferentes" sobre la cuestión y que éstos se habían "expresado en términos muy claros" durante el encuentro.
"Si no encontramos una solución común, el riesgo de una división de la Unión Europea es un peligro real que no podemos descartar", dijo.
Solo en el pasado mes de agosto, Hungría recibió a 50.000 refugiados, procedentes en su mayoría de zonas de conflicto como Siria, Irak y Afganistán.
Anteriormente, la Comisión Europea ofreció a Hungría la posibilidad de ayuda financiera para la instalación de centros donde los refugiados pudieran ser temporalmente acogidos y registrados.