Según denunció el sábado el ministro de Antigüedades, Mamduh al Damati, las autoridades británicas no informan de la suerte del monumento que podría haber sido enviado fuera de Gran Bretaña a su nuevo propietario.
Un desconocido coleccionista extranjero adquirió la pieza por 15,76 millones de libras esterlinas (más de 27 millones de dólares).
El objeto fue puesto en el mercado por el museo de la ciudad británica de Northhampton que quiso realizar obras de renovación vendiendo una de sus piezas.
Al enterarse de lo sucedido, las autoridades egipcias protestaron por la venta de la estatua; Londres decidió aplazar hasta el 28 de agosto el envío del monumento a su propietario.
El Ministerio de Antigüedades rompió todos los contactos científicos con el museo de Northhampton y calificó la venta del monumento como un "crimen contra la civilización egipcia".
Al Damati anunció la recaudación popular de fondos en un intento de recomprar la estatua.