Agregó que el progreso en la política exterior "requiere paciencia e insistencia".
Los cancilleres de Suiza, Australia, Alemania y Liechtenstein celebraron la víspera una reunión en la ciudad suiza de Neuchatel, al término de la cual fue aprobada una declaración sobre el papel de la OSCE en Europa.
El documento indica que los participantes del encuentro "apoyan los esfuerzos de la OSCE en el arreglo pacífico del conflicto en Donbás y se pronuncian conjuntamente en apoyo del trabajo de la misión de observación, el Grupo de Contacto Trilateral y cuatro subgrupos de trabajo".
"La crisis ucraniana demostró que hace falta intensificar el trabajo de la OSCE en la gestión de conflictos", según la declaración.
Por su parte, el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, declaró que las condiciones del trabajo de la misión de la OSCE durante las últimas semanas se han tornado más complicadas.
"El trabajo de la OSCE en Donbás transcurre en condiciones más complejas", dijo Seibert, al subrayar que la organización "juega un papel importante en la resolución de la crisis ucraniana".
Afirmó que "el aumento del número de los ataques contra empleados y vehículos de la OSCE en las últimas semanas representa una violación directa de los acuerdos de Minsk".
El portavoz de Exteriores alemán, Martin Schäfer, afirmó a su vez que "llevamos un año y medio sin avanzar" en el arreglo del conflicto ucraniano y que los acuerdos de Minsk, pese a algunas imperfecciones, son "lo mejor que tenemos de momento" para poner fin a las hostilidades en Donbás.
Destacó que "está claro que la violencia –sean quienes sean los responsables– nos llevará a un callejón sin salida" en el proceso de paz.
"Podemos solo llamar a que todas las partes, incluida la rusa, así como los representantes del este ucraniano y Kiev, respeten los acuerdos de Minsk", afirmó.
Tras varios meses de hostilidades, en Donbás se impuso un alto el fuego que el Grupo de Contacto, conformado por Rusia, Ucrania y la OSCE, aprobó el 12 de febrero pasado en Minsk.
Sin embargo, ambos bandos del conflicto –que ya se ha saldado con más de 6.800 muertos y casi 17.100 heridos, según estimaciones de la ONU– denuncian a diario violaciones de la tregua.