Son muchos los que en los últimos meses han comenzado a soltar amarras y ya ponen proa a las costas cubanas.
Entre ellos, el gigante Carnival, el mayor operador de cruceros del mundo, que ya recibió la aprobación del gobierno de EEUU para operar barcos hacia Cuba a partir de mayo del 2016, una decisión histórica por ser la primera en su tipo en más de 50 años.
"El Departamento del Tesoro de Estados Unidos y el Departamento de Comercio de Estados Unidos concedieron la aprobación a la empresa para comenzar los viajes a Cuba", señaló un comunicado de la compañía, que aún aguarda el permiso de las autoridades cubanas.
Si finalmente recibe la ansiada autorización, Carnival ofrecerá viajes de una semana desde Miami a la isla a través de su marca Fathom, con precios desde 2.990 dólares por persona.
La empresa de cruceros se apresura a aclarar que el objetivo de los viajes a Cuba es proporcionar el intercambio cultural, ya que los norteamericanos no pueden aún viajar libremente a Cuba, sólo bajo doce categorías que incluyen visitas familiares, o con fines académicos, culturales, deportivos o religiosos.
No obstante, según algunas fuentes que citan al economista y profesor de la Facultad de Turismo José Luis Perelló, el arribo de visitantes estadounidenses a la Isla se incrementó en un 54% en lo que va de año. El profesor indicó que llegaron a Cuba 88.996 estadounidenses en los primeros siete meses de este 2015, tras el anuncio en diciembre pasado del restablecimiento de relaciones entre ambos gobiernos. En igual período pero de 2014, habían llegado solamente 57.768 personas. Estas cifras no incluyen a los cubanoamericanos, que se calculan en 164.368 visitantes.
Otras compañías han recibido esa autorización para prestar servicios de ferry hacia Cuba, según el propio Departamento del Tesoro norteamericano. El presidente de la compañía United Americas Shipping Services, Joseph Hinson, por ejemplo, aseguró que su empresa fue una de las que recibieron una licencia para viajar y realizar suministros a la isla.
Haimark Linee, por su parte, reveló planes para operar cruceros de la Florida a la isla a partir de febrero. La compañía espera operar legalmente en virtud de una extensión de la homologación concedida a United Caribbean Lines, una empresa dirigida por el veterano ejecutivo de cruceros Bruce Nierenberg, que también planea iniciar servicio de ferry a Cuba. Este último es uno de los servicios más esperados por cubanos y cubanoamericanos, que aún recuerdan los que cubrían ese trayecto antes de 1959, y que ahora facilitaría y abarataría la travesía entre la isla y La Florida.
La Norwegian Cruise Line Holdings Ltd. (NCLH) también solicitó permiso para operar en Cuba, según su director general Frank Del Rio. "Una vez que Cuba se abra totalmente, va a ser un verdadero golpe de suerte para la industria", dijo Del Río.
Por otra parte, la Pearl Seas Cruises también espera lanzar cruceros a Cuba próximamente, en la modalidad People-to-People, bajo la cual se legalizan los viajes a la isla de los estadounidenses. "Estamos encantados de jugar un papel tan importante en el programa People-to-People en apoyo del pueblo cubano", afirmaban desde enero pasado desde la compañía en un comunicado de prensa.
De esta forma, los norteamericanos están marcando turno para ingresar al mercado cubano en este sector, tan pronto les den luz verde desde la isla.
Mientras, empresas europeas y de otras regiones del mundo no quieren quedarse atrás, como la compañía italiana MSC Cruceros, que desde el próximo diciembre tomará como puerto base a La Habana para sus operaciones de invierno en el Caribe, en una decisión que la convierte en la primera de su tipo en operar el destino Cuba. Anteriormente, la empresa canadiense Cuba Cruise comenzó a navegar alrededor de la isla.
La industria de los cruceros en general prevé un fuerte crecimiento en este 2015, en que se calcula que casi 23 millones de pasajeros se embarcarán en uno de ellos, según predicciones de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA). Ahora Cuba comienza a insertarse en ese mundo, de momento, como receptora. Esperemos que en un día no muy lejano, los cubanos que viven en la isla también puedan disfrutarlos como turistas.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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