Como estos adolescentes, son miles los cubanos que abren sus ojos al mundo virtual y se reencuentran con familiares y amigos, desde que el pasado mes de julio, ETECSA- la única empresa de telecomunicaciones de Cuba- activara 35 puntos de acceso a Internet mediante WiFi en espacios públicos de varias ciudades del país.
Un mundo hasta ahora desconocido por casi todos, en un país donde el acceso a internet era, en su mayoría, para profesionales o estudiantes desde sus centros de trabajo y estudio, con poca velocidad y muchas limitaciones para navegar. Un país en que aún suenan a chino términos como WhatsApp o Skype; donde no se puede hacer ni una sola transacción vía internet; donde para buscar una información muchas veces no queda más remedio que ir a la biblioteca de siempre; donde hasta el email es inaccesible para muchos.
"Existe la voluntad y disposición efectiva del Partido y el Gobierno cubanos de desarrollar la informatización de la sociedad y poner Internet al servicio de todos.", afirmó en marzo el vicepresidente cubano Miguel Díaz-Canel, al clausurar un Taller de Informatización.
Y algo se mueve ya en ese camino, aunque sin prisa, con años de retraso y a precios aún inalcanzables para el cubano común. Porque, a pesar de que ETECSA hizo el "favor" de reducir la tarifa de 4,50 a 2 CUC (moneda de valor similar al dólar) por cada hora de conexión, esa cantidad es equivalente a casi ¡tres días! de salario medio de un trabajador estatal, que no sobrepasa los 20 CUC. Ni soñar entonces con tablets o teléfonos inteligentes, que apenas se comercializan en el país y a precios más caros que en Europa. Que podrían costar años enteros de trabajo de un ingeniero o médico.
Una matemática que no da, si se compara con la cantidad de personas que se aglomeran en cualquiera de los puntos WiFi por estos días. Pero que apenas sorprende ya, en una sociedad donde vivir del salario estatal únicamente se torna casi imposible y todos se ven obligados a buscar ingresos alternativos.
Según se ha anunciado, el gobierno cubano conectará a internet para el curso próximo a la enseñanza media, y hacia 2018, al resto de las escuelas primarias y secundarias del país. En un documento circulado recientemente, se afirma que para el 2025 está previsto masificar el acceso a internet desde los hogares.
Pero Cuba no puede darse el lujo de esperar una década más para ponerse al día en la informatización de la sociedad, porque para entonces el mundo seguirá diez años por delante. Esperemos que antes también podamos vivir de salarios acordes con los precios, de la internet y de todo lo demás.
Mientras tanto, bienvenida la WiFi, que a pesar de todo, nos muestra y nos acerca al resto del mundo.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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