Ayer, Yaalon se mostró a favor de una lucha "inflexible" contra el terrorismo judío después del ataque de extremistas judíos que mataron a un bebé palestino e hirieron de gravedad a su hermano y sus padres, y de que un judío ultraortodoxo apuñalara a seis personas y matara a una de ellas, una chica de 16 años, en la Marcha Gay de Jerusalén, el jueves pasado.
Lehava se opone a las relaciones personales, e incluso de negocios, entre judíos y no judíos.
El año pasado se manifestaron en la entrada de la sala de fiestas donde se celebraba el banquete de bodas de una pareja de novios mixta, ella judía y él árabe.
El Shin Bet ha indicado que reconsiderará sus conclusiones si aparecen pruebas contra Lehava.
Yaalon los quiere ilegalizar desde que miembros de este grupo fueron arrestados e imputados por haber incendiado la escuela bilingüe Max Rayne Hand in Hand, donde estudian niños judíos y árabes.
La Justicia israelí, no obstante, no ha emitido ninguna imputación contra el líder de Lehava, Bentzi Gopshtain, ni ninguno de los miembros del grupo por incitar a la violencia o a cometer "actos terroristas" motivados por el racismo.
El grupo se ha manifestado contra los árabes, los solicitantes de asilo africanos y la presencia cristiana en Israel.
El líder del grupo dijo el pasado diciembre que Lehava no actúa ilegalmente y acusó al Shin Bet de intentar frustrar su trabajo "para salvar a las hijas de Israel".
La semana pasada, miembros de Lehava llamaron a una "intervención humanitaria" contra la Marcha Gay de Jerusalén.
Tras el apuñalamiento de seis personas, aseguraron que no tenían nada que ver con el ataque.