El encuentro, de carácter exclusivo, reunió a un nutrido grupo de multimillonarios con varios de los candidatos republicanos a las primarias, entre otros Jeb Bush, Marco Rubio, Scott Walker y Ted Cruz, mientras Charles Koch comparaba sus objetivos con los de "los movimientos por la libertad", entre otros "la revolución americana, la lucha contra la esclavitud, el sufragismo y el movimiento por los derechos civiles".
Según explicó a la audiencia Charles Koch, su familia, que planea gastar hasta 900 millones de dólares en las elecciones a la Casa Blanca de 2016, aspira a reparar las injusticias que lastran al país, así como convencer a los votantes, mayoritariamente jóvenes y con estudios superiores, que de momento no se identifican con sus ideas políticas.
Acusados de haber financiado muchas de las campañas del Tea Party, los Koch, que deben la fortuna familiar, cifrada en 43 mil millones de dólares, a la industria petrolera, son conocidos, entre otras cosas, por haber apoyado a los think tank que rechazan el cambio climático.
Greenpeace ha denunciado en repetidas ocasiones que distintas fundaciones apoyadas por los Koch han sufragado estudios que pretenden socavar el consenso científico al respecto, mientras la revista Rolling Stone, en un reportaje de 2011 sobre las diez personalidades más activas contra el cambio climático, situaba a los hermanos en segunda posición.
También son notorias sus ayudas al lobby contrario a la reforma sanitaria de Obama, y su apoyo al gobernador de Wisconsin, y candidato a las primarias, Scott Walker, en el pulso que mantuvo con los sindicatos.
"Si no podemos unir a los americanos detrás de nuestra visión", dijo Koch el pasado domingo, "estamos acabados".
Por su parte Donald Trump, que no fue invitado a la reunión de los Koch, deseó buena suerte a los candidatos republicanos que sí acudieron para a continuación preguntarse si son "marionetas".