Los cuerpos de las mujeres de 18, 29, 32 y 40 años de edad, cuyas identidades han sido preservadas, y el periodista Rubén Espinosa, de 31 años, originario de Ciudad de México, fueron encontrados en un departamento en la colonia Narvarte, al sur de Ciudad de México, dijo a periodistas el Procurador de la capital mexicana.
Los cuerpos tenían una herida en la cabeza por disparo de arma de fuego, calibre 9 mm, y escoriaciones en diversas partes del cuerpo.
Una de las víctimas era maquillista, originaria de la ciudad de Mexicali, fronteriza con EEUU, otra se dedicaba a la promoción cultural, originaria del sureño estado de Chiapas, la tercera era una empleada doméstica del Estado de México y la cuarta mujer sería era de origen colombiano; y todas compartían el apartamento, según las primeras investigaciones.
Familiares del periodista dijeron que Espinosa había regresado a la capital hace dos meses para buscar nuevas oportunidades como fotógrafo profesional, huyendo de la violencia en Veracruz, donde vivió durante 8 años.
La Fiscalía Especial de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión levantó un acta circunstancial el sábado 1 de agosto, al iniciar las pesquisas en coordinación la Comisión Nacional de Derechos Humanos (ombudsman federal).
Representantes de organizaciones defensoras de los derechos de periodistas, como Artículo 19, Cuartoscuro y la revista Proceso, han exigido agotar todas las líneas de investigación sobre la muerte del periodista que había sido objeto de acoso de la delincuencia en Veracruz.
Veracruz, con costas frente al Golfo de México, es uno de los más peligrosos para los periodistas con 13 asesinados desde 2010.
"Alerta: el caso de Rubén Espinosa es el primero en el que un periodista desplazado internamente es asesinado", denunció Artículo 19, que había asistido al fotoperiodista en su traslado a la capital, tras publicar una amplia cobertura sobre los asesinatos de periodistas.
Del año 2000 a septiembre de 2014, han sido registrados los asesinatos de 82 periodistas en todo México, uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer esta profesión, según recuento de organismos defensores de los Derechos Humanos.
En 2014 México se distinguió por ser el país más mortífero del continente americano para la prensa: "asesinatos, secuestros, agresiones y amenazas se multiplicaron en un clima de impunidad casi total, lo que generó miedo y autocensura", de acuerdo con la organización Reporteros Sin Frontera (RSF).