"Con ocho casos que podrían estar asociados al ejercicio de la libertad de expresión, México fue el país con más asesinatos de trabajadores de medios y ciudadanos que hacen uso de las redes sociales", indicó la CIDH en su informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión presentado a los Estados miembros el fin de semana pasado, como parte de su Informe Anual.
Además, la Relatoría Especial registró la muerte de un niño en un ataque dirigido a su padre, presentador en una radio comunitaria en el sur de México.
La CIDH "verificó el asesinato de dos familiares de periodistas, víctimas del ataque dirigido a estos", indica el reporte en el capítulo sobre el país latinoamericano.
Con cuatro muertes de comunicadores más que el año anterior, la situación de violencia en el continente americano en 2014 "fue excepcionalmente grave, con un incremento significativo de las muertes en comparación con las 18 víctimas documentadas en 2013", dice el reporte de la CIDH.
Siete periodistas y una asistente de diarios o semanarios, dos presentadores y reporteros de televisión, cinco camarógrafos, cinco periodistas de radio, una "tuitera", un periodista de radio comunitaria, un comunicador y propietario de canal de televisión, un periodista y bloguero, y un periodista y director de un portal de Internet, son las víctimas fatales registradas del año recién pasado.
En Brasil y Paraguay se registraron cuatro asesinatos en cada país vinculados al ejercicio del periodismo en regiones críticas del crimen organizado; en Honduras, tres periodistas fueron asesinados en los departamentos de Yoro y Comayagua.
En la zona andina, en Colombia y Perú se denunciaron dos muertes en cada país, y la esposa de un periodista peruano murió al intentar defenderlo de un ataque en el propio medio de comunicación donde trabajaba; en tanto que en El Salvador y República Dominicana hubo una muerte en cada caso.
Además de los asesinatos la CIDH reporta "más de 400 agresiones, amenazas, hostigamientos, intimidaciones y ataques físicos contra periodistas y medios de comunicación en toda la región", agrega la CIDH, que apunta al narcotráfico como una de las principales causas.
"En la mayoría de los casos, los actos de violencia se produjeron luego de que los comunicadores reportaran hechos vinculados con el crimen organizado o con fenómenos de corrupción política o policial", denuncia el organismo humanitario.
Los altos niveles de violencia contra periodistas pueden explicarse por la impunidad de que han gozado los responsables de estos ataques.
"La falta de justicia se convierte en un estímulo para nuevos actos de violencia", dicen expertos.
En regiones y países donde ocurre a la muerte o la agresión de un periodista, se suma después "el efecto inhibidor sobre restantes comunicadores, lo que promueve el silenciamiento de la información", puntualiza la CIDH en el informe de 450 páginas que difundido en su portal de internet.