El último número de esta revista semanal estaba protagonizado por el rosto de Lula en portada y el titular "Su turno", aludiendo a que se acerca el momento de que el expresidente sea implicado en la Operación Lava Jato, que investiga la corrupción en la petrolera semiestatal.
Además, lamenta que no se haya respetado la regla básica de la libertad de prensa de que el periodista y el medio se ciña a la verdad, y llegan a calificar el texto de "repugnante", por la forma en que está escrito y por la "absoluta ausencia" de elementos que den apoyo a la tesis de que Lula forma parte de la trama corrupta.
Por el momento Lula no está entre los políticos que están siendo investigados en el marco de la Operación Lava Jato, aunque el Ministerio Público ha abierto una investigación por supuesto tráfico de influencias con la constructora Odebrecht, la mayor de Latinoamérica, implicada directamente en la trama corrupta.
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La Fiscalía investiga si Lula usó su influencia internacional para facilitar que Odebrecht se hiciera con valiosos contratos de obra en el extranjero, unas obras que estarían financiadas en parte con fondos públicos del Banco Nacional del Desarrollo Económico y Social (BNDES).
Uno de los episodios más tensos se produjo en vísperas de las elecciones presidenciales del pasado mes de octubre, cuando Veja sacudió la campaña con una portada en la que afirmaba que tanto Lula como Rousseff estaban al corriente de todo lo que ocurría dentro de Petrobras.
Entonces fue Rousseff la que anunció medidas legales contra las insinuaciones de la revista, que fue muy criticada y cuya sede amaneció al día siguiente con la puerta llena de basura y revistas rotas, resultado de un acto de protesta de activistas favorables al Gobierno del PT.