De esta manera, se confirmó la tendencia negativa en la popularidad de la presidenta a pesar de los éxitos conseguidos recientemente en las cumbres de los BRICS y Mercosur, ya que el pasado 1 de julio la encuesta de Instituto Brasileño de Geografia y Estadística (IBGE) situó la aprobación en el 9% y el rechazo en el 68%.
Cabe recordar que al inicio de su segundo mandato, en enero de este año, el índice de aprobación de la presidenta continuaba en niveles extremadamente altos a pesar del desgaste de sus primeros cuatro años, con un nivel del 31% y con apenas un rechazo del 33%.
Desde entonces, los escándalos relacionados con la corrupción en Petrobras, unido a una campaña mediática en su contra y la mala marcha de la economía, con una inflación del 9% y una retracción del PIB en torno al 2% previstas para 2015, han provocado un auténtico desplome de la popularidad de Rousseff.