El dirigente conservador centró el problema en una cuestión ideológica y urgió a la ciudadanía, los medios de comunicación y agentes sociales a rebatir "la justificación del agravio", es decir, los argumentos que defienden el extremismo, ya sea violento o pacífico, en base a "injusticias históricas, guerras recientes, pobreza o sufrimiento".
Fiyaz Mughal, director de Faith Matters, lamentó el análisis "simplista" de Cameron sobre el atractivo de la organización yihadista Estado Islámico (EI) y grupos afines islamistas, y advirtió de que la "respuesta al extremismo requiere alianzas, no un diálogo impuesto desde arriba".
"La simplificación excesiva de los impulsores de la radicalización corre el riesgo de alienar importantes sectores de musulmanes británicos, suponiendo que la ideología es el conductor principal, ignora una multitud de factores que lleva a los individuos hacia el extremismo violento", criticó el fundador de esta organización que promueve el diálogo interreligioso en declaraciones a Sputnik Nóvosti.
Los líderes musulmanes coincidieron en la urgencia de restar atractivo y "glamour" a la causa islamista, pero se apartaron del primer ministro en su análisis sobre las causas de la radicalización de jóvenes británicos así como las medidas para prevenir la extensión del extremismo, que el Ejecutivo conservador detallará en el otoño.
"Nos preocupa que estas últimas propuestas fijarán una nueva prueba de fuego que nos etiquetará a todos como extremistas, aunque respetemos y celebremos el Estado de Derecho, la democracia y los derechos de todos", criticó Shuja Shafi, secretario general del Consejo Musulmán de Reino Unido.
Asimismo, Mohammed Shafiq, gerente de la Ramadhan Foundation, criticó a Cameron por "fracasar a la hora de involucrar" en el debate a la comunidad musulmana.