Las fuerzas israelíes han estrangulado (sin llegar a ahogar) a niños, han lanzado granadas aturdidoras contra ellos, los han golpeado mientras estaban bajo custodia, los han amenazado e interrogado sin la presencia de sus padres o un abogado, y no han informado a sus padres sobre su paradero, ha asegurado HRW en un comunicado.
Los menores entrevistados explicaron los abusos que sufrieron mientras estuvieron detenidos y durante su interrogatorio, y aseguraron que padecieron "dolor, miedo y ansiedad".
HRW vio las fotos y cicatrices en el cuerpo de uno de los menores, que concuerdan con su relato y el de sus padres.
"El maltrato de niños palestinos por parte de las fuerzas israelíes contradice su afirmación de que respetan los derechos de los niños", ha dicho Sarah Leah Whitson, directora de Oriente Medio y el Norte de África de HRW.
Rashid S., de 11 años, contó que agentes de las fuerzas de la policía de fronteras de Israel le lanzaron una granada aturdidora (un artefacto explosivo no letal que produce una luz cegadora y un ruido muy fuerte que causa la pérdida de equilibrio) y le hicieron una llave de estrangulamiento cuando lo arrestaron por arrojar piedras en noviembre.
Durante el arresto, le arrancaron la chaqueta y la camisa y lo dejaron fuera durante aproximadamente una hora, a pesar del frío.
La policía detuvo al niño de 12 años, Mohammed Khatib, mientras esperaba el autobús para volver a casa desde la escuela, a las afueras de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Un policía "agarró la parte de atrás de mi chaqueta y me levantó del suelo; me estaba ahogando", explicó el menor.
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Un agente indicó al padre del niño que la policía estaba buscando a un sospechoso de haber tirado piedras que "llevaba una camisa azul", el color del uniforme escolar del niño.
La policía interrogó al menor sin permitir que su padre estuviera presente.
Los familiares de la niña de 14 años y los de uno de los niños de 15 dijeron que no les permitieron visitarlos ni llamarlos durante su detención: 64 días en el caso de la niña y 110 en el del chico.
En todos los casos que HRW documentó, los niños y los padres apuntaron que las autoridades israelíes no informaron a los padres sobre la detención de sus hijos y los interrogaron sin permitirles hablar con ellos o un abogado antes.
Dos jóvenes de 15 años y la niña de 14 dijeron que firmaron confesiones escritas en hebreo, una lengua que no entienden, después de que los interrogadores los amenazaran.
Un niño dijo que los soldados "le dieron puñetazos y patadas" y luego le entregaron la confesión en hebreo para que la firmara.
La ley de menores de Israel y las órdenes militares aplicables en Cisjordania requieren que la policía informe a los padres sobre la detención de su hijo y que el menor consulte con un abogado antes del interrogatorio.
Si bien esta ley de menores solo es vinculante en Israel, según el Ejército, en la práctica este requisito también se aplica en Cisjordania.
HRW presentó sus conclusiones preliminares a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y a la Policía israelí.
Las respuestas independientes de las FDI y el Ministerio de Justicia, que contestó en nombre de la Policía, no abordaron las acusaciones específicas del uso de fuerza innecesaria durante la detención y los malos tratos posteriores.
En cambio, señalaron que los agentes de seguridad habían respetado la ley en todos los casos y que informaron a los menores sobre sus derechos.
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Según las FDI, las violaciones del procedimiento son evaluadas seriamente y pueden dar lugar a que una confesión sea declarada inadmisible como prueba contra un acusado.
Las confesiones obtenidas de menores de edad en violación de sus derechos se suman a la presión a la que son sometidos para cooperar en acuerdos con la fiscalía que resultan en su encarcelamiento con sentencias reducidas, ha asegurado HRW.
"Israel ha sido advertido durante años de que sus fuerzas de seguridad están abusando de los derechos de los niños palestinos en los territorios ocupados, pero los problemas continúan", ha lamentado Whitson al denunciar que "no sería difícil poner fin a estos abusos si el Gobierno israelí se lo propusiera seriamente".
"Estas prácticas van contra la ley israelí vigente en Jerusalén Este, así como las directivas militares que rigen en Cisjordania, tiene que llevarse a cabo una investigación efectiva sobre estas prácticas, algo que Israel ha hecho muy poco", ha añadido Zaki.