Sin embargo, Rousseff reconoció que "las perspectivas del crecimiento global continúan inciertas" y que "terminó el ciclo de las commodities", aunque dijo que "la crisis no es un motivo para crear barreras" y propuso una mayor flexibilización del bloque mediante el avance de la "consolidación de la unión aduanera", mediante la eliminación de las barreras arancelarias y la libre circulación de bienes entre los miembros de Mercosur, una postura similar a la demandada por los presidentes de Paraguay, Uruguay y Argentina.
Ya en el aspecto político de la Cumbre, la presidenta de Brasil destacó la capacidad de los países del bloque "de lidiar con las diferencias políticas por medio del diálogo, del respeto a las instituciones y la participación ciudadana", y advirtió que Mercosur "debe persistir en ese camino" y que "no existe espacio para aventuras antidemocráticas en Sudamérica y nuestra región", una declaración que la prensa de Brasil interpretó como una llamada de atención a Venezuela y Argentina que enfrentarán importantes elecciones en el presente año.
A este respecto, Rousseff quiso despedirse de la presidenta de su principal socio en el bloque, Cristina Fernández Kirchner, quien tuvo este viernes su última participación en una reunión presidencial de Mercosur debido al fin de su mandato el próximo mes de octubre: "Siempre tendrás, aquí en Brasil, una amiga siempre lista para recibirte".