En concreto, Cunha se declaró víctima de la investigación de la Operación Lava Jato tras las declaraciones el pasado jueves ante la Justicia Federal de Paraná del exconsultor de la empresa Toyo Setal, Julio Carmargo, quien acusó al presidente del Congreso de exigirle el pago de 5 millones de dólares como soborno para facilitar contratos con diversas directorias de la petrolera semiestatal, Petrobras.
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"El detenido fue obligado a mentir, es muy extraño que la denuncia se produzca justo el día antes de mi pronunciamiento televisivo y en la semana que la Policía Federal cumpliese los mandatos judiciales de una manera tan torpe", explicó Cunha en referencia a los polémicos registros de esta semana por parte de la Policía Federal en la casa del expresidente, Fernando Collor de Mello, y en una clara acusación al Gobierno de manipulación.
Matizó que "el hecho de que mi relación con el Gobierno esté rota no afectará a la relación institucional", en el sentido en que su partido, el PMDB, del cual el vicepresidente Michel Temer forma parte, continuará pactando con el PT en el Congreso Nacional.
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En la noche de este viernes, en torno a las 20:30 horario de Brasilia, se espera una declaración de Eduardo Cunha en la televisión y radio nacional en la que explicará las acusaciones que pesan en su contra.
Mientras tanto, miles de activistas de todo el país han organizado una "cacerolada" para sabotear el discurso de Cunha a nivel nacional, una forma de protesta que ya fue utilizado en contra de la presidenta Dilma Rousseff por la oposición del país.