"Yo tengo la última palabra sobre la publicación de los videos de mi alimentación forzosa y aún no he resuelto si aceptaré", dijo este hombre de 44 años, nacido en la localidad libanesa de Jedeta, nacionalizado sirio y actualmente refugiado en Uruguay.
"Soy el único que tiene derecho a decidir sobre esos videos" ya que "fui su involuntario protagonista, y sin embargo nunca pude verlos", añadió Deyab, quien durante los 13 años que pasó en Guantánamo afirma haber sido sometido unas 1.300 veces a alimentaciones forzosas.
Un grupo de más de 10 medios de comunicación, incluidos The New York Times y el Guardian, se sumaron a la demanda para obtener la publicación de los videos, habían iniciado previamente los abogados de Deyab.
Una vez que se conozca el fallo definitivo del tribunal estadounidense que entiende este caso, "pediré que me entreguen la versión editada y solo entonces tomaré una decisión", pues esas filmaciones muestran los "sufrimientos personales" que él debió soportar.
Decisión de la justicia
Kessler había ordenado la publicación en octubre de 2014, pero el gobierno recurrió la decisión y un tribunal de apelaciones le devolvió el caso a la magistrada.
Ahora, la jueza dice que las autoridades deben publicar un primer tramo de cinco horas de grabaciones antes del 31 de agosto, pero la decisión podría ser nuevamente recurrida ante la justicia.
Deyab, quien fue puesto en libertad en diciembre de 2014 y desde entonces vive en Uruguay, también declaró a Sputnik Nóvosti que él y sus abogados habían firmado un acuerdo sobre este asunto, "de modo que ellos no pueden hacer nada sin mi consentimiento", subrayó.
Método punitivo
Los abogados denunciantes alegaron que en realidad se trataba de una práctica punitiva para suprimir esta forma de protesta.
Aunque se practicó a menudo desde que George W. Bush abrió, en enero de 2002, esa prisión para "combatientes terroristas", en 2013 estalló una huelga de hambre generalizada y el gobierno estadounidense alegó que solo mediante la alimentación forzada podía mantener vivos a los reclusos que se encontraban más débiles.
Desde entonces, el Departamento de Defensa no informa sobre cuántos presos observan huelga de hambre. Sin embargo, ha confirmado recientemente que sigue practicando alimentaciones forzosas por la noche durante el actual mes sagrado del Ramadán, según dijo la periodista Carol Rosenberg en su cuenta de Twitter.
#Gitmo staff say an undisclosed number of hunger strikers who declare themselves Ramadan fasters too get restraint-chair, tube-fed at night.
— Carol Rosenberg (@carolrosenberg) 8 июля 2015
El método consiste en introducir una sonda nasogástrica en la nariz del paciente por la que luego se le introduce una solución alimenticia, regularmente Ensure.
"Durante los procedimientos me golpeaban incluso hasta dejarme inconsciente", dijo Deyab, quien permaneció 13 años en la base en territorio cubano sin ninguna acusación formal.
La libertad de este sirio fue decretada en 2009 pero solo a fines de 2014 consiguió salir de la prisión.
Ficción política
En opinión de Deyab, el litigio por los videos en Estados Unidos es parte de una "ficción política", que incluye "denuncias en los medios, juicios, órdenes judiciales que el Poder Ejecutivo debe obedecer", para mostrar que "el gobierno obedece la ley y el debido proceso, pero si fuera cierto no existiría Guantánamo en primer lugar".
Mientras estuvo preso, tuvo muy poca información sobre la causa judicial, pero cada vez que había una novedad en los medios "volvían los maltratos como represalia", aseguró.
Sputnik Nóvosti consultó a la abogada defensora de Deyab, Cori Crider, pero no obtuvo respuesta.
Deyab también reclama que el gobierno de Estados Unidos le devuelva "los textos de seis libros que escribí y los dibujos y pinturas que hice en Guantánamo" y que le fueron confiscados cuando salió de la prisión.
También era el único del grupo que estaba casado y era padre de cuatro hijos cuando lo detuvieron en Pakistán, en abril de 2002. Sin embargo, tampoco ha conseguido aún la reunificación familiar a la que tiene derecho todo refugiado.
La prisión de Guantánamo llegó a tener 779 detenidos desde que Bush la abrió en enero de 2002 en la base militar que Estados Unidos mantiene en Cuba para alojar a "combatientes enemigos" una categoría inexistente en el derecho internacional.
Durante el gobierno de Barack Obama, que efectuó la promesa electoral de cerrar la prisión, obtuvieron su libertad 121 personas. Hoy permanecen detenidos 116 hombres, de los cuales 52 tuvieron su libertad decretada hace varios años y aún esperan que se materialice.