Según los medios, el imán, cuyo nombre no se divulga, apoyaba al grupo yihadista Estado Islámico e inspiraba a los musulmanes jóvenes para viajar a Siria e engrosar las filas de los extremistas.
La decisión del secretario de Estado para la Migración, Theo Francken, debe ser aprobada por el rey Felipe, después de lo cual el imán tendrá 30 días para abandonar el país.
El imán tiene ciudadanía de los Países Bajos y Marruecos, por lo que deberá ir a uno de estos dos Estados.
A mediados de enero la policía belga abatió a dos supuestos terroristas en Verviers.
En junio en esta ciudad fueron detenidos 16 nacionales de Chechenia que reclutaban a mercenarios para combatir por el EI en Siria.
Por su parte, el servicio de seguridad belga declaró que al menos 300 ciudadanos de Bélgica engrosaron las filas de los yihadistas, 60 de los cuales murieron y otros 120 volvieron a la patria.