Si bien no prohíbe las actividades de las entidades que no estén acreditadas, establece que cuando se haga referencia a las calificaciones crediticias en la legislación rusa solo se admitan las notas otorgadas por las agencias de calificación acreditadas.
La ley establece para todas las agencias "reglas uniformes de actividad, independencia, revisión de metodologías, transparencia informativa, así como prevención de conflicto de intereses".
El Banco Central también puede regular el uso de las escalas de calificación otorgadas por agencias acreditadas fuera del territorio ruso.
El Banco Central de Rusia ha descartado que Fitch, Moody's y S&P se marchen del país por la nueva ley.
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Desde Fitch han asegurado que continuarán trabajando con los inversores en el mercado ruso.
"Fitch saluda las medidas que ha adoptado el Banco Central para regular el sector acorde a los estándares internacionales y vamos a seguir presentando nuestra opinión transparente sobre la solvencia a los inversores que operan en el mercado ruso", comunicaron en esta compañía.
Dos semanas después S&P redujo a bono basura la calificación de la deuda.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que esta decisión de S&P se debía a motivos políticos y "tenía poco que ver con la economía".
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Otro episodio cuestionable fue el papel que cumplieron las tres compañías de calificación en la gran crisis de 2008 en EEUU.
Estas agencias dieron la nota máxima a las hipotecas subprime días antes de que estallara la burbuja inmobiliaria y se convirtieran en basura.