El magistrado explica en el auto que la acusada, además de difundir contenido yihadista en Facebook, sería una "reclutadora activa" al servicio de los responsables de la red de captación, especialmente de mujeres, para que se desplazaran a zonas controladas por el DAESH para contribuir a su causa.
Según el auto, tras la difusión en las redes sociales para localizar a futuras "candidatas", las integraba en foros de WhatsApp y Telegram para seleccionar a algunas y "establecer el contacto personal preparatorio para el desplazamiento".
La detenida, una gaditana de 44 años convertida al islam en su juventud, tenía también intención de desplazarse a la zona donde se encuentra el autoproclamado Califato.
Pedraz enumera el material probatorio que demostraría la implicación de la acusada, como todo lo publicado en las redes sociales y el contenido multimedia incautado, así como la declaración de un testigo protegido.
También hace referencia a las conversaciones mantenidas con Mohamed El Amin, radicado en Siria, que "avalaría la intención de reclutar e ir allá", y con Ismael Noran, "exaltando los atentados de Túnez, Lyon y Kuwait".
Fuentes policiales señalaron esta semana que no les constaba que la mujer hubiera podido enviar a alguna de las adolescentes a Siria o Irak.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, explicó el martes que ha sido en España donde se detectó "la primera célula exclusivamente dedicada a la captación, el adoctrinamiento, la radicalización y, en definitiva, la integración en organización terrorista exclusivamente femenina".
"No solo eran mujeres las que dirigían esa red, sino que estaba destinada exclusivamente a captar a mujeres", puntualizó el ministro.
Entre ellas, se encontraba una menor de edad acompañada de otra mujer, que fueron interceptadas en Melilla en el momento en el que se disponían a abandonar España con destino a Marruecos.
Los detenidos prometían a las jóvenes una vida idílica como "verdaderas guerreras yihadistas" o como esposas de muyahidines.
Según la Policía, esta detención constituye un nuevo caso de mujeres, que habiendo nacido y crecido en países europeos, "han sufrido un proceso de radicalización que ha desembocado en su compromiso y adhesión ideológica al yihadismo".