"Si se vota por el 'No', Grecia se mantendrá en la zona euro, los depósitos de los bancos se mantendrán en euros incluso aunque los propietarios de las cuentas no tengan acceso directo a ellas, la UE no tendrá ningún medio legal de expulsar a Grecia de la zona euro y entonces será que comenzarán las verdaderas conversaciones con los acreedores, que las impulsarán a retornar al reinado de la razón y el resultado será un acuerdo rápido y honesto", considera el titular de Finanzas.
"¿Como se puede permitir dar la posibilidad a los ciudadanos comunes de decidir temas tan importantes", citó el ministro las palabras de un colega suyo.
Varufakis calificó de "draconianas" las exigencias de los acreedores, alegando que son imposibles de cumplir, por lo que el Gobierno presentó este tema a referendo.
"Y entonces el Eurogrupo, que no es una institución de la UE, decidió castigar al pueblo griego, cerrando los bancos", escribió el ministro.
"Si votan por el 'Sí' tendrán el siguiente resultado, el país fijará su estatus de deudor en una sociedad esclavista, con una democracia herida, con bancos en una situación compleja y la Troika retornará a Atenas con una sed salvaje de venganza, y eso será por un tiempo indeterminado, y lo que es peor, legalizado por un Gobierno con ministros sumisos", alega Varufakis.
El ministro arguyó que hasta el momento los acreedores no llevaron a cabo conversaciones reales.
"Ellos simplemente entrecerraban el canal de la liquidez y demoraban el tiempo con la esperanza de que nuestra resistencia se redujese día a día; los medios de prensa aterrorizarán a la gente, esta sufrirá, el Gobierno no podrá dirigir, hundido en infinitas conversaciones 'técnicas'", argumentó.
El titular de Finanzas advierte que el país está ante una posibilidad única.
"Los ciudadanos griegos tienen la posibilidad única de decir 'No', dándole a los acreedores la luz verde para retornar a las propuestas racionales, solo entonces habrá un acuerdo honesto, solo entonces resolveremos la tarea europea, demostrando que la democracia, la divisa única y la política económica racional van tomadas de la mano", concluye.
Según las encuestas de opinión pública, las intenciones de voto están prácticamente empatadas.