“El papa no ha logrado el milagro de darle tranquilidad al gobierno” con su llegada, ironizó el académico y activista Alberto Acosta, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso-Ecuador), que fue un estrecho colaborador de Correa y presidió la Asamblea Constituyente.
Pero “estamos viviendo un momento de exacerbación”, debido al “gran malestar por la politización que ha hecho el gobierno con la visita; hay publicidad del gobierno vinculando la imagen del Papa con los intereses gubernamentales”, aseveró.
La directora de la revista Vistazo, Patricia Estupiñán, también subrayó que “el clima conflictivo venía de tiempo atrás”.
La analista desestimó que las movilizaciones persigan el móvil político de generar enfrentamientos en los días previos a la llegada del papa.
“Esencialmente es una protesta ciudadana, aunque en todas partes puede haber actores políticos”, advirtió.
El jueves se llevaron a cabo manifestaciones en varias ciudades, tanto de opositores como de defensores del gobierno.
“Lamento que en vísperas de la venida del papa el país se encuentre convulsionado, pero ustedes saben de dónde vienen los disturbios”, sostuvo Correa en su cuenta de Twitter.
Lamento que en vísperas de la venida del Papa el país se encuentre convulsionado, pero ustedes saben de dónde vienen los disturbios. Abrazos
— Rafael Correa (@MashiRafael) 2 июля 2015
En tanto, los alcaldes opositores Mauricio Rodas, de Quito, y Jaime Nebot, de Guayaquil, han convocado nuevas protestas una vez que haya concluido el viaje de Francisco.
Francisco no llega a Ecuador “para consagrar ninguna ideología y régimen político, sino a anunciar a Jesucristo”, dijo el arzobispo de Quito, Fausto Trávez, según cita la prensa local.
El papa estará en Ecuador entre el domingo 5 y el miércoles 8, para seguir luego viaje hacia Bolivia y Paraguay.