La Coalición Agrícola Estadounidense por Cuba, que reúne a agricultores, cámaras productoras de alimentos y corporaciones como Cargill, "es muy optimista respecto de un cambio significativo antes de que concluya el mandato del presidente Obama", dijo a Sputnik Nóvosti el vicepresidente de este grupo, Paul Johnson.
"Hay un gran respaldo bipartidista para este tema", en línea con el "creciente apoyo público", añadió.
Pero terminar con el bloqueo depende del Congreso, añadió Smith, quien sirvió en la embajada de Estados Unidos en Cuba entre 1958 y 1961 y encabezó la Oficina de Intereses de Washington en La Habana entre 1979 y 1982.
"No creo que eso suceda a la brevedad, pero sí que hay una posibilidad cierta de que pueda hacerse en el curso de un año o dos, ciertamente después de las elecciones" generales de 2016, añadió Smith, miembro emérito del Center for International Policy, un centro de pensamiento que aboga por el cese de las restricciones al comercio con la isla caribeña.
Johnson indicó que "casi la mitad de los senadores están a favor de aprobar una ley que permita abrir el comercio entre EEUU y Cuba, y está creciendo la cantidad de legisladores republicanos que favorecerían una norma para hacer nuestras exportaciones más competitivas" en ese país, dijo Johnson.
Johnson se refería a la venta de productos agrícolas, que el Congreso autorizó bajo el esquema de "pago por adelantado" mediante la Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Mejora de las Exportaciones del año 2000.
Desde entonces, más de 250 empresas estadounidenses han vendido productos agrícolas, mayoritariamente alimentos, al Estado cubano, por valor de 4.000 millones de dólares.
Pero las restricciones que impone esa norma, obligando a Cuba a pagar en efectivo y por adelantado los embarques de alimentos, es vista como un freno por los productores estadounidenses, que aspiran a algún mecanismo financiero que permita poner este intercambio más a tono con las prácticas del comercio internacional.
Johnson subrayó que "la comunidad agrícola de Estados Unidos es en su mayoría republicana" y está "claramente implicada en esta campaña contra el embargo".
Este es un tema que despierta un "amplio apoyo" entre los granjeros y cultivadores del país, insistió.
Con todo, el representante de la industria alimentaria reconoció que para muchos políticos y legisladores es un tema "controversial" ante el cual no se pueden esperar "cambios de un día para otro".
Pero "necesitamos tiempo para entender lo que está pasando en Cuba", observó. El "momento de la reconciliación ha llegado", pero no podemos esperar que todo el mundo deje atrás rápidamente los últimos "50 años".
Tema: Normalización de las relaciones entre Cuba y EEUU
La Coalición espera que las políticas estadounidenses hacia Cuba dejen de estar, como en el último medio siglo, "enfocadas en (Fidel y Raúl) Castro, y pasen a enfocarse en los 11 millones de cubanos", indicó Johnson.
En su opinión, en Cuba ya existe espacio para esa interacción, pues el país "está abierto para elevar el comercio y todo tipo de intercambios con los agricultores, el turismo y la academia de Estados Unidos".
En la isla hay también ahora muchos más "cuentapropistas" (trabajadores por cuenta propia), "un sector cuyo desarrollo los dos países alientan", abundó.
Hasta ahora, los dos países basaron su relación en lo que los diferenciaba y los separaba. "Ahora hay oportunidad para empezar por lo que tenemos en común, valores compartidos e intereses recíprocos, y a partir de ese acercamiento construir confianza", dijo.
La Coalición planea continuar "educando" a los legisladores y a la administración sobre la necesidad de "ser competitivos" en Cuba, que ya tiene relaciones económicas con otros países, advirtió.
En cuanto a otros sectores de la economía estadounidense que estén presionando por el fin del embargo, además del turismo, Johnson mencionó las telecomunicaciones y las tecnologías de la información.
Asimismo, el boom del turismo estadounidense hacia Cuba, que creció notablemente apenas en el primer semestre de este año, determinará la necesidad de más y mejores instalaciones, "lo que también atraerá a compañías constructoras", sin mencionar otros rubros "como el turismo de salud", que podrían desarrollarse dadas las ventajas competitivas que Cuba tiene.
Johnson advirtió que las relaciones económicas entre los dos países no deberían volver al modelo anterior a la Revolución Cubana (1959), cuando no había espacio para "la producción local".
"Debemos encontrar un equilibrio" que permita avanzar hacia otro tipo de vínculos con Cuba y también con el resto de América Latina, basados en "valores e intereses comunes", concluyó.