La Casa Blanca ha decidido moverse para no quedarse fuera, pues Cuba se encuentra en una encrucijada, los principales referentes de la Revolución son ya ancianos, y otros países están ocupando el tablero, recordó Duany en una entrevista con Sputnik Nóvosti.
"Hay naciones como Rusia, que hace poco le condonó a Cuba la deuda. Y EEUU podría quedarse arrinconado en ese nuevo escenario", dijo.
Duany califica de "significativo" que inmediatamente tras el anuncio del presidente Obama se hayan formado una serie de grupos, por ejemplo con intereses agrícolas de EEUU, que ven oportunidades de mercado.
"Existe mucho movimiento dentro de la comunidad empresarial estadounidense, hay interés en explorar ese mercado una vez que se levante el embargo, pero también en el ínterin hay muchas oportunidades comerciales para sectores que ya identificó el presidente Obama, la gente que vende equipo agrícola, materiales de construcción, computación, la industria turística, etc.", indicó.
Estos sectores, según Duany, "están presionando a sus representantes electos para que la apertura sea más beneficiosa a sus intereses empresariales".
La gran pregunta es si los cambios, si la normalización o calentamiento de unas relaciones congeladas hace más de medio siglo, serán pasajeros o si están aquí para quedarse.
"Técnicamente, al tratarse de una acción ejecutiva, si cambiara el presidente muchas de sus acciones también son reversibles, pero aunque un presidente republicano podría restringir, por ejemplo, las remesas a Cuba, hay otros asuntos, por ejemplo respecto a las relaciones diplomáticas, en las que es más difícil que esto suceda, dado que haría falta un conflicto de índole internacional, como el de 1961, cuando Cuba expropia y nacionaliza las empresas estadounidenses, para que volvieran a romperse las relaciones", señaló el investigador.
En la ronda de negociaciones que empieza la semana próxima en La Habana estará sobre la mesa la inmigración, "un tema bilateral del que se habla desde hace veinte años para evitar migraciones súbitas y desordenadas que a ninguno de los dos gobiernos le conviene, pero ahora existe la oportunidad para discutir y plantear otros asuntos que hasta ahora no se habían tratado, por ejemplo la necesidad de evitar un proceso de transición caótico o violento que tampoco interesa a ninguno de los países", dijo Duany.