La nueva alcaldesa, la activista Ada Colau, teme que el espectacular boom turístico que vive la capital catalana se convierta en una burbuja económica como ya ocurrió con el sector de la construcción.
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En una entrevista con la radio pública catalana, Colau consideró que un año es suficiente para elaborar un nuevo plan especial de regulación de los alojamientos turísticos.
Para Colau, este plan ha de establecer los criterios para una gestión global del turismo que "permita preservar la calidad de Barcelona como destino turístico y, al mismo tiempo, asegurar que esta actividad no represente ninguna fuente de conflicto entre los vecinos de la ciudad".
La alcaldesa recordó que esta suspensión era uno de sus compromisos electorales. Su decisión es el resultado de "ciertos desequilibrios" detectados en los últimos años "que ponen en peligro" el modelo turístico de Barcelona.
El turismo aporta el 14% del PIB de la ciudad.
Colau se manifestó convencida de que contarán con la colaboración del sector porque "cualquier empresario serio" quiere que el negocio "se prolongue durante décadas".
El ayuntamiento dice querer repartir los beneficios del turismo "equitativamente" entre los 73 barrios de la ciudad y descongestionar las zonas sometidas a más presión turística.