"El riesgo de contagio no es una hipótesis, es un hecho", afirma.
Según explica a esta agencia "cuando la bolsa cae, cuando el euro se devalúa, cuando los especuladores, si la moneda única muestra flaqueza, pueden ir contra el siguiente país con dificultades, o cuando un potencial impago puede impactar en el 2% del PIB europeo, eso es una consecuencia directa de la interrelación de economías de una misma región-mercado como es la europea".
Este experto cree que el referendo se celebra en un contexto de acentuada incertidumbre.
"Realmente estamos aguardando al tipo de pregunta concreta bajo la que se seguirá el referendum", dice, "con la retirada de la última propuesta del Eurogrupo, la pregunta queda en el aire: no es lo mismo consultar sobre la última propuesta, que sobre la penúltima, que si sobre el alcance de una moratoria, una reestructuración, una suspensión de pagos o un impago".
"En estos días vamos a ver mucha desestabilizacón social y política y el control de movimiento de capitales, necesario desde hace tiempo, va a dar un nuevo escenario en esta semana", señala.
Agrega que "el acoso mediático va a ser atroz".
"Lo que está sucediendo es que el Gobierno está tomando decisiones y actuando con claridad", explica el economista.
En este intervalo de tiempo, "que es lo que presumiblemente querría Tsipras", es posible que se alcance "un nuevo acuerdo menos duro, que pueda incluir una reestructuración, tal y como pide EEUU", estima.
"Pero muchas cosas se han roto, y cuando se rompen estos hilos frágiles de la confianza a veces es irreversible", matiza Albarracín, para quien la "actitud del Eurogrupo ha sido escandalosamente mafiosa y a el Gobierno griego, tras las dudas y una actitud razonable, se le ha agotado la paciencia".
Dependiendo del resultado, "Tsipras habrá de intervenir el sistema bancario, decidir qué modalidad escoge para ver quién asume la insolvencia del sistema financiero griego (depositantes, acreedores o accionariado, o rescate a costa del sector publico), si querrá contar con una banca pública o rescatar una privada; si va a emitir pagarés para pagar al funcionariado, pensionistas y proveedores del Estado; si va a poner en circulación dinero electrónico para transacciones básicas; si va a abrir acuerdos financieros con los BRICS, con qué alcance y a cambio de qué; si va a iniciar una reforma fiscal y un plan de inversiones que tardarán en dar sus frutos; qué tipo de relaciones mantendran con la UE y/o con algunos de sus países, etcétera".
"Pero antes de eso incluso habrá de avisar a su población, porque el reto es muy grande, y la población griega muy diversa", puntualiza.
"Hay que ser creíbles con los que no son los tuyos y convencer a los tuyos ante lo que serán meses muy difíciles para levantar algo sólido", destaca.
Albarracín considera que la situación hace difícil un pronóstico claro.
"Podemos ver un escenario de convivencia de diferentes formas de dinero, en un momento donde su base fiduciaria estará en entredicho", asegura.
Mientras tanto, "el Gobierno debe acaparar el euro para las transacciones internacionales y facilitar mecanismos de transacción para que la economía interna funcione".
"Es viable, pero será muy difícil", concluye.