Cuando Lieberman se negó a encabezar por tercera vez el Ministerio de Exteriores y pasó a la oposición, las funciones de la política exterior se las dividieron entre seis políticos y el cargo de canciller lo tomó Netanyahu junto con las posiciones del ministro de Comunicaciones, Sanidad y Cooperación Regional.
“Es absurdo”, indicó el excanciller en una entrevista a RIA Novosti y comentó que “lo que hizo el primer ministro en torno al Ministerio de Exterior se puede calificar de una palabra buena o mala ‘derrota’”.
Lieberman añadió que “no puedo usar otro término en torno a todo lo que pasó con la Cancillería israelí” y precisó que los que sufren por el hecho “no son los empleados del Ministerio de Exteriores, no soy yo, sino toda la política exterior”.
Avigdor Lieberman, oriundo rusoparlante de Moldavia, encabezó la Cancillería israelí durante los últimos seis años. Uno de sus mayores logros, a su juicio, es la realización de una doctrina, elaborada por él, de diversificación del temario y geografía de los lazos exteriores de Israel, en particular, el abandono de la concentración en las relaciones con EEUU y el mantenimiento del proceso de paz palestino-israelí.
“El problema clave de la política israelí fue concentrarse en un solo punto: Washington”, dijo el exministro de Exteriores y puso como ejemplo de que fue el primer canciller del país que visitó todos los países balcánicos después de los años 1960.
A su juicio, “esta política dio su resultado: las victorias en la arena internacional, en particular, en la última votación del OIEA sobre la resolución antisraelí, presentada por la Liga Árabe, hemos vencido en primer lugar por el apoyo de los países de África, América del Sur, Moldavia, Ucrania, Georgia y varios países balcánicos”.
“Lo que nunca ha ocurrido antes”, precisó Lieberman.
