"Las relaciones son malas y han de mejorarse en interés de ambas partes: un requisito es que los políticos y la opinión pública alemanas reconozcan que Rusia también tiene intereses legítimos, por ejemplo en Ucrania", dijo.
"Cuando todavía existía la Unión Soviética, en Alemania se daba por supuesto que tenían que respetarse los intereses de una superpotencia que se encontraba junto a ella" e incluso "se apoyó la cooperación consciente con ella mientras hubo tropas soviéticas a orillas del río Elba", señaló.
Este especialista afirmó estar convencido "de que hoy tendría éxito reactivar esta 'comprensión hacia los rusos' tan extendida en aquella época, para introducir un factor de equilibrio en el debate público".
"Las encuestas de opinión en varios países muestran que la política de Putin está mejor valorada en Alemania que en EEUU, Canadá o Reino Unido", puntualizó.
"Entre ellas conviene tener en cuenta una parte importante del capital alemán, que con un desplome del mercado ruso tendría mucho que perder, pero también fuerzas de izquierda y antiimperialistas, que ven con preocupación la enorme influencia militar de EEUU en todo el mundo", expresó.
Si se consiguiese "unir a estas diferentes fuerzas en un movimiento pacifista, con toda seguridad éste tendría una gran influencia en la política alemana, pero también la europea", concluyó Wehr.