El experto alude al boicot de los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 tras la invasión de Afganistán y a las críticas a los recientes Juegos Olímpicos de invierno de Sochi de 2014 para explicar la "amargura" del pueblo ruso por sentirse "aislado" por Occidente.
"Más allá del tradicional escenario de las rivalidades internacionales en la política, el deporte también sirve para la confrontación", continúa Yang en el diario ultranacionalista Global Times, quien señala que la lucha por la Copa del Mundo de fútbol es apenas "la punta del iceberg" de las tensiones políticas.
"Después de que se prueben las alegaciones de corrupción en la FIFA, Occidente no ahorrará ningún esfuerzo para manchar la imagen de Rusia", vaticina el experto.
Yang asegura que las relaciones entre Rusia y Occidente se han "casi desintegrado" y que la frágil confianza mutua levantada durante décadas "ha desaparecido".
"Debido a la complejidad del conflicto ucraniano, no es probable que se vaya a resolver en un futuro cercano, por lo que las relaciones seguirán siendo complicadas", avanza.