"Ya no hablamos solo de fútbol, sino de geopolítica y de diplomacia deportiva. Estados Unidos, a través del programa Sports United, hace tiempo que ha entendido el peso que tiene el deporte para proyectar actitudes, estilos de vida y beneficios económicos más allá de sus fronteras", explica Gurrionero a Sputnik Nóvosti.
Eso no significa, continúa, que haya una correlación directa entre las investigaciones llevadas a cabo por el FBI y una estrategia de acoso y derribo para que no se celebre en Rusia el próximo Mundial, si bien "el hecho de que un diario como The New York Times publique hoy una noticia así tiene muchas lecturas".
Gurrionero no considera que este caso de corrupción pueda afectar a la designación de Rusia y Catar como sede de los Mundiales de 2018 y 2022.
"No será fácil que desde la FIFA se dé marcha atrás, porque son decisiones que implican muchas variables e intereses, especialmente cuando en las detenciones no está implicado el presidente Josep Blatter, ni su secretario general, Jerome Valcke", explica el experto
Gurrionero afirma que no le han sorprendido las detenciones. "Los escándalos y los rumores vienen desde hace 3 años, cuando el FBI empezó a investigar a la FIFA". El problema, continúa, no es ya solo la noticia en sí, sino la percepción pública de "corrupción institucionalizada y de que este escándalo es solo es otro capítulo más".
En referencia a las inminentes elecciones presidenciales en la FIFA y el efecto que puedan ejercer estas detenciones en el sentido del voto, el experto considera que "esté o no Blatter, la transparencia, la reputación y la ética deben ser claves del nuevo mandato".
"Ya no basta con parecer bueno, hay que serlo", sentencia.