Los analistas de Raiffeisen research subrayan que la discusión en torno a la deuda griega se intensifica.
Las conversaciones del pasado fin de semana tampoco condujeron a resultados positivos, los representantes de Grecia y los acreedores no se pusieron de acuerdo en una serie de temas sobre el presupuesto del país, en particular, se presentaron grandes divergencias entre el ahorro por medio de la reforma de pensiones exigida por los acreedores y la posición griega.
"El próximo encuentro será entre los ministros de Finanzas de los países de la zona euro (Eurogrupo) este jueves, sin embargo, lo más probable es que las posiciones actuales de las partes no permitan llegar a un acuerdo", señala el informe.
Los analistas no descartan que los bancos griegos pierdan la posibilidad de refinanciarse con el sistema europeo (Banco Central Europeo y los bancos centrales de los países de la zona euro), y las autoridades de Grecia impongan limitaciones al movimiento de capitales, fundamentalmente congelando los depósitos bancarios.
En la actualidad, explican los especialistas, los bancos griegos se mantienen a flote exclusivamente gracias a los créditos otorgados a través del mecanismo ELA (programa del Banco Central Europeo de ayuda crediticia extrema, Emergency Liquidity Assistance, ELA) a cambio de garantías, como por ejemplo, los propios bonos griegos.
El Gobierno del país también tiene acceso a fuentes de financiamiento a través de este mecanismo, al comprar títulos de deuda de corto plazo, que son adquiridos por los bancos y los ofrecen en calidad de prestamos hipotecarios ELA.
El refinanciamiento en el formato ELA puede ser detenido por decisión del consejo de directivos del Banco Central Europeo.
Los analistas de Raiffesisen research consideran que hasta el momento los reguladores no bloquean el mecanismo ELA porque esperan que se alcance un acuerdo del país y los acreedores respecto a las reformas.
Además, en caso de impago oficial, los bonos de Grecia no serían aceptados en calidad de garantía para los créditos.
La víspera el directivo del Banco Central Europeo, Mario Draghi, informó que hasta el momento el eurosistema ha entregado a los bancos griegos aproximadamente 118.000 millones de euros, lo cual equivale al 66% del PIB del país.
El límite ELA para Grecia fue alzado nuevamente hasta aproximadamente 83.000 millones de euros.
El nivel de liquidez, según Draghi, podrá crecer mientras los bancos de Grecia sean sujetos de crédito y proporcionen las garantías necesarias.
De ser bloqueado el financiamiento por el mecanismo ELA, los bancos de Grecia perderían la liquidez necesaria, lo cual obligaría a las autoridades a implementar limitaciones sobre el capital, considera Raiffeisen research.
Podrían ser congelados los depósitos bancarios (permitiéndose solo la extracción de pequeñas sumas) y las transferencias al exterior, mientras que las sumas considerables solo se entregarían en casos excepcionales.
"Ya que en la actualidad el sistema bancario griego depende de los 83.000 millones de euros de financiamiento de la ELA, cualquier limitación o cese de este fondo llevará a la interrupción del flujo de liquidez; el Banco Central de Grecia se verá obligado a emitir una divisa paralela en el peor de los casos, para cubrir esa ruptura", señalan los analistas, al recordar que en Irlanda en 2010 y en Chipre en 2013 el riesgo del cese del ELA obligó a las autoridades a ceder ante las exigencias de los acreedores.
En caso de que se congelen las cuentas la situación económica en Grecia empeorará rápidamente y las autoridades se verán obligadas a una reducción dolorosa de los gastos, según el informe.
Los acreedores esperan…
En ese caso, incluso de llegarse a un acuerdo será necesario tiempo para la transferencia, ya que en algunos países este trámite requiere de la aprobación del Parlamento.
Además, el pago, según se informó, será posible si Grecia aprueba las leyes necesarias y no se limita a las promesas, afirma el informe.
Anteriormente el FMI pospuso hasta el 30 de junio el pago de 1.600 millones de euros de crédito a Grecia, lo cual coincide con la necesidad de pagar las pensiones y los salarios, recuerda Raiffeisen research.
"Ya que el último pago al FMI fue posible solo gracias a medidas excepcionales, es muy dudoso que Grecia pueda cumplir todas estas obligaciones independientemente, sin ayuda financiera", observan los analistas.
El impago del crédito al FMI no significará un default automático, solo después de dos meses el FMI podrá anunciar oficialmente el impago e incluso después de ello las agencias calificadoras difícilmente pasarán las calificaciones de Grecia a la categoría de impago automáticamente ya que eso conducirá a un impago cruzado debido a otras circunstancias, según los expertos.
Los siguientes pagos considerables de Grecia están previstos para el 20 de julio (3.500 millones de euros) y el 20 de agosto (3.200 millones de euros), ambos a favor del Banco Central Europeo, lo cual será imposible sin efectivo fresco, observa Raiffeisen research.
Sin embargo, estos impagos tampoco conducirán al default oficial de Grecia.
Las agencias calificadoras Fitch y S&P consideran que el pago no realizado a favor del FMI o el Banco Central Europeo por si solo no conducirá al otorgamiento de una calificación de impago a las obligaciones de deudas de Grecia.
Pero en ese caso los problemas de los bancos griegos, generados por el eventual cese del refinanciamiento a través del sistema europeo y, consecuentemente, las limitaciones de movimiento de capital, pueden acontecer incluso antes, si las conversaciones entre las autoridades del país y los acreedores caen definitivamente en un callejón sin salida, advierten los analistas.