Los que apoyan esta iniciativa, escribe Saunders en la revista estadounidense The National Interest, insisten en que enviar armas a Ucrania obligaría a Rusia a redoblar los esfuerzos en apoyar a los grupos separatistas y generaría un rechazo en la opinión pública rusa por el aumento de supuestos soldados rusos muertos en Ucrania.
"Si matamos la suficiente cantidad de rusos, dicen los partidarios de esta postura, Putin no podrá seguir ocultando su participación en el conflicto y enfrentará la presión de la opinión pública por limitar el apoyo o incluso retirarse", escribe Saunders.
Aunque esto a primera vista es lógico, ignora la realidad en la política de la guerra, añade.
"Podría transformar la participación rusa (a ojos de la ciudadanía) de un apoyo opcional a los separatistas y civiles del este de Ucrania, a un conflicto inevitable contra un títere estadounidense hostil", asegura Saunders y además "confirmará al público ruso lo que los medios estatales llevan diciendo por meses: que EEUU pretende atacar a Rusia y derrocar su Gobierno".
Esto, cree el analista, "aumentaría la tolerancia del público ruso a las bajas en combate".
El experto continúa "la idea de que más muertes en combate de alguna manera dejará en evidencia el rol de Moscú en el conflicto es absurda".
A pesar de que la postura diplomática oficial del Gobierno ruso es negar el apoyo a las milicias de Donbás, "los medios estatales rusos discuten abiertamente el apoyo de Moscú a las milicias".
"Si el Kremlin realmente quisiera ocultar su participación, el primer paso sería limitar la discusión de este tema en los medios estatales", razona Saunders. "La negación de Moscú es más bien una postura diplomática hacia el extranjero y esto se entiende dentro del país", añade.
Ante una Ucrania fuertemente armada por Washington, Vladímir Putin se vería políticamente obligado a intensificar la intervención de Rusia y por muchas armas que envíe EEUU, Ucrania no podría defenderse de nada que se asemeje a una guerra de verdad contra Rusia, concluye Saunders.