“Lo que pueda hacer yo personalmente, la iglesia, cuente con nosotros, no solamente lo apoyamos, sino que, si necesita que nosotros juguemos un papel, estamos dispuestos a hacerlo”, ofreció Francisco, según el relato del presidente colombiano.
El gobierno de Santos negocia con la guerrilla comunista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde fines de 2012 en La Habana para poner fin al conflicto armado que se remonta a medio siglo y oficialmente ha dejado más de 200.000 muertos.
El 15 de abril el presidente Santos anunció el reinicio de los bombardeos contra la guerrilla, a la que acusó de romper deliberadamente la promesa de cese al fuego unilateral realizada en diciembre pasado. La decisión fue tomada después de que 10 militares colombianos murieran en un choque con guerrilleros en el municipio de Buenos Aires, noroeste del departamento del Cauca (suroeste).
La Defensoría del Pueblo colombiana ha registrado al menos 20 acciones de las Farc con afectación directa a los ciudadanos “una abierta violación al Derecho Internacional Humanitario”, desde que se suspendió el cese unilateral del fuego, según informa su página web.
El organismo menciona “graves heridas” en un niño de 11 años que pisó una mina antipersonal en Valle de Guamuez, contaminación en Putumayo por el vertido de 200.000 galones de crudo, y daños a viviendas por una bomba contra una estación de Nariño (localidades ubicadas en el suroeste de Colombia en todos los casos).
La guerrilla FARC, que actualmente tendría unos 20.000 miembros, emergió en 1964 como una rama militar de partido comunista local, y es considerada en EEUU y la Unión Europea como una organización terrorista, sospechosa de vínculos con el narcotráfico.