Así se deduce de los datos del Instituto de Seguridad Pública (ISP), que recogieron 52.742 atracos en ese periodo, es decir, en algún lugar de Río de Janeiro se produce un atraco cada 3,27 minutos, una cifra escalofriante que, sin embargo, resulta ligeramente inferior al registro de 2014 con 54.452 episodios y una frecuencia de 3,14 minutos.
Lo cierto es que la sensación de inseguridad en los últimos meses en la futura ciudad olímpica se ha extendido.
De acuerdo a los datos del ISP en el primer cuadrimestre de 2015 el estado de Río de Janeiro registró 1.488 muertes por arma de fuego, de las que 422 casos se debieron a la propia actuación de la Policía Militar.
Sin embargo, la incidencia de atracos con arma blanca como el que costó la vida al médico Jaime Gold el pasado mes de mayo en la Lagoa, escenario olímpico para las pruebas de remo en pleno centro de la ciudad, es la cuestión que más está preocupando a los cariocas, con un total de 11 casos en las últimas semanas.
Otro aspecto que preocupa enormemente a las autoridades de la ciudad olímpica es el creciente índice de atracos en el transporte público con 1.220 sucesos en el primer trimestre de 2015, concretando una media de 20 atracos por día.
Con 3,5 millones de viajeros por día, la Secretaria de Seguridad de la ciudad únicamente dispone de 140 policías del Grupo de Patrulla en Transportes de Autobuses Urbanos (GPTOU, por sus siglas en portugués), es decir, un agente por cada 25.000 viajeros lo que se traduce en una total impunidad para los delincuentes en la red de transportes.
Esta misma situación se habría extendido a la red de metro de la ciudad, cuyas únicas dos líneas sufrieron varios "arrastrones", o robos masivos, en estaciones del centro de la ciudad como "Largo do Machado" o "Botafogo" en el mes de marzo, una situación jamás vivida en la ciudad que el pasado miércoles se saldó con una mujer de 24 años alcanzada por un disparo en la pierna frente a la estación "Botafogo".
Precisamente, este viernes 12 de junio se cumplen 15 años del secuestro en el autobús 174, en el barrio de Jardín Botánico de Río de Janeiro, que se saldó con el fallecimiento del secuestrador y su rehén tras un fallido intento de rescate del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), unos hechos que inspiraron el documental "Autobús 174" del director brasileño, José Padilha.