"Existe una preocupación general con el cronograma de las obras cuyos plazos están bastante justos", admitió Nardes quien señaló que "los problemas de planificación de los proyectos dejaron a las constructoras sin margen para imprevistos".
En cuanto a la posibilidad de que Brasil no llegue al compromiso de Río 2016, el representante del TCU opinó que "en este momento no es posible afirmar si Brasil cumplirá o no todas las promesas echas en su candidatura" y aclaró que "habrá que esperar unos meses para tener una opinión fundamentada", aunque se declaró abiertamente optimista.
Ya en materia de transparencia, Nardes aseguró que "el TCU es incansable a la hora de alertar a los responsables de la organización de Río 2016 por la falta de informaciones", entre sus quejas destacan la falta de disponibilidad de informaciones respectivas a "descripciones de proyectos, investigaciones de precio, contratos, porcentaje de conclusión de cada obra, etc.".
En cuanto al riesgo de que la población brasileña jamás consiga saber el coste real de los Juegos, el fiscal aseguró que "es algo que preocupa al TCU" y recalcó que "no dejaremos que la sociedad desconozca cuanto se gastó para viabilidad la realización de los Juegos Olímpicos".
Por último, Nardes resumió el tema de la transparencia del Comité de Río 2016 señalando que en su opinión "el Comité necesita mejorarla bastante" y recordó los esfuerzos del TCU para evitar que muchas de las estructuras queden inutilizadas después de Río 2016 al exigir "transparencia en cuanto al legado y los costes de mantenimiento así como su uso después de las competiciones y los beneficios esperados".