Los opositores afirman que esta iniciativa del gobierno afectará la calidad de vida de los ecuatorianos y atenta contra derechos como el legar sus bienes a sus hijos. La Federación Nacional de Cámaras de Comercio del Ecuador se pronunció el jueves en rechazo a esta medida.
Las protestas dispararon a su vez la movilización de los oficialistas, que realizan en paralelo marchas a favor de Correa y sus proyectos, que también incluyen un impuesto a las ganancias obtenidas de la venta de bienes inmuebles.
Correa afirmó que las protestas "son parte de una estrategia articulada por la derecha" para desestabilizar a su gobierno.
Pero para la analista Patricia Estupiñán, editora de la revista Vistazo, el fenómeno refleja una "polarización de la sociedad".
"Ha habido un enfrentamiento entre dos visiones para el país desde 2008, y la polarización llegó a su punto máximo esta vez", dijo a la agencia Sputnik.
"De alguna manera estos impuestos son vistos como confiscatorios. Una parte importante de la población, incluyendo una porción de los que inicialmente apoyaron a Correa, hoy sienten que ya no acompañan este proyecto, que no quieren eso para Ecuador", explicó.