Según el artículo, Levy, autor del famoso plan de ajustes del gobierno de Dilma Rousseff, no considera conveniente el desembolso de 5.400 millones de dólares que supondrá la llegada de los nuevos cazas de referencia en la Fuerzas Aéreas de Brasil, entre 2019 y 2024.
En concreto, el ministro se habría reunido con su homólogo de Industria, Armando Monteiro, para revisar las condiciones de financiamiento en el preacuerdo de compra, firmado en octubre de 2014, debido a que los intereses a pagar por el gobierno de Brasil serían demasiado altos a pesar de la reciente rebaja de 320 a 63 millones de dólares en el primer plazo aceptado por SAAB.
Por su parte, el ministro de Defensa, Jaques Wagner, quien este miércoles presentó el prototipo de Gripen NG expuesto en la explanada de los ministerios en Brasília, opinó que las intenciones de Levy no supondrán un obstáculo para la firma del acuerdo de financiación que deberá ser firmada con el banco del gobierno sueco SEK el próximo 24 de junio.
"No hay ninguna amenaza a la decisión. El contrato comercial está firmado y solo estamos en una última negociación", explicó Wagner quien recordó la importante transferencia tecnológica implícita en el acuerdo y aseguró que la presidenta Dilma Rousseff ya habría dado su visto bueno, aunque admitió que el gobierno de Brasil estaría buscando "una ventaja más, un coste un poco menor".
Precisamente, el accidente este miércoles de un Gripen JAS-39 en Hungria debido a problemas técnicos con el tren de aterrizaje, que resultó con la eyección del piloto que s fracturó una vértebra en el proceso, encendió todas las alarmas en el Ministerio de Defensa de Brasil debido a que el jefe del Estado Mayor húngaro, Zoltan Orosz, confirmó que se realizará una completa verificación en todos sus cazas Gripen.