"Algunos, como el presidente Putin, intentan restaurar y atizar la mentalidad de la guerra fría, pero no es una perspectiva de EEUU u otros miembros del G7", declaró el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, al margen de la cumbre de los Siete en Alemania.
Además volvió a criticar a Rusia por "seguir suministrando armas al este de Ucrania" con el fin de apoyar a las milicias, violando de este modo los acuerdos de Minsk para la paz.
Earnest caracterizó a la vez al G7 como un grupo de "naciones democráticas que buscan establecer valores comunes" a nivel global.
Miembro del grupo desde 1998, Rusia fue prácticamente expulsada de este club informal de potencias mundiales (Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón) en represalia por la adhesión de Crimea en marzo del año pasado.
El portavoz del Kremlin Dmitri Peskov señaló el viernes pasado que la actitud irreconciliable de Occidente hacia el presidente ruso Vladímir Putin no es ninguna novedad y lamentó el renacimiento de la retórica de los años 70 del siglo pasado en las relaciones bilaterales.
En mayo pasado desde a Administración presidencial denunciaron una campaña de difamación contra el líder ruso por parte de los medios occidentales.
El jefe del organismo, Serguéi Ivanov, apuntó que los medios estadounidenses y británicos eran los más agresivos en esta maniobra de desprestigio contra Moscú.