La performance de Greenpeace, coincidiendo con el Día mundial del Medio Ambiente, ha consistido en cubrir completamente la verja de la fachada del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, situado en la céntrica zona de Atocha en Madrid.
El edificio amaneció con más de 200 metros cuadrados de carteles con el mensaje "se vende por cese de actividad".
La acción se ha desarrollado de forma "pacífica", según explicó Barea a esta agencia.
"El ministerio ha apoyado a multinacionales implicadas en causas contaminantes y ha dado prioridad al fracking, las prospecciones petrolíferas o el modelo energético impulsado por el Ministerio de Industria antes que velar por el medio ambiente", señala el activista.
"El precio es simbólico, de tan solo 1 euro, debido al poco valor que el Gobierno concede al medio ambiente", denuncia Barea.
La situación de este ministerio la califican como "dramática", porque además de las políticas que "perjudican el medio ambiente" denuncian las 'puertas giratorias' de la propia ministra, Isabel García Tejerina.
"Tejerina procedía de la dirección de Fertiberia, una empresa con el peor historial de contaminación del país y que tiene que restaurar el mayor caso de contaminación industrial de Europa, en Huelva", apunta el responsable de campañas de la organización ecologista.
La desintegración de los radioisótopos contenidos en los fosfoyesos forma, además, otros elementos muy radiotóxicos como el torio 230, el radio 226, el plomo 210 y el polonio 210, tal y como demuestran los estudios del Consejo superior de Investigaciones Científicas (CSIC), según informó en varias ocasiones Greenpeace.
El propio Parlamento europeo ha reconocido esta contaminación como "la más grave de Europa".
A pesar de los antecedentes en Fertiberia, Tejerina sigue representando el Ministerio de Medioambiente y apoyando su antigua empresa.
"Cuando termine su legislatura es posible que vuelva a Fertiberia, después de todos los favores que les ha hecho durante su mandato seguro que la reciben con las puertas abiertas", concluye el activista.